sábado, junio 06, 2009

Los Queridos Primos de Irlanda


Desde el siglo XIII el arpa celta dorada con cuerdas de plata sobre un fondo azul (de San Patricio) es el emblema heráldico de Irlanda, la simboliza en documentación de viaje, en monedas de la época de Eduardo I en latas de cerveza y como bandera del presidente de la republica de irlanda. Una representación de fina sensibilidad, inteligencia y tangible bravura…. Como por ejemplo el guerrero William Wallace
Que allá por el 1.300 se enfrento a los ingleses sobre el puente Sterling y uso la inteligencia para frenar la fuerza bruta de las tropas del general ingles Lord Hugh Cressinhan, espero a que las tropas cruzaran el puente y allí les enfrento y les venció a fuerza de brazo y espada, pues el puente era tan estrecho que solo permitía el paso de 3 caballos al mismo tiempo……
O como a quien me refiero en esta breve introducción de un personaje de la historia argentina que dejo irlanda para convertirse en un descollante marino de las guerras contra los invasores imperialistas sean españoles, ingleses o portugueses.
Guillermo Brown (nacido William Brown; 22 de junio de 1777, Foxford, Irlanda - † 3 de marzo de 1857, Buenos Aires, Argentina) fue el primer almirante de la fuerza naval de la Argentina, tanto en la cronología como en el prestigio. Consagró su vida al servicio de su patria de adopción.
El 10 de junio de 1826 una poderosa fuerza brasileña se presentó ante Buenos Aires, integrada por 31 barcos. Brown sólo disponía de 4 buques y 7 cañoneras, pero era dueño de ese coraje contagioso que se agranda ante la dificultad, y dirigiéndose a sus tripulantes los arenga con estas palabras:

"Marinos y soldados de la República: ¿Veis esa gran montaña flotante? ¡Son los 31 buques enemigos! Pero no creáis que vuestro general abrigue el menor recelo, pues no duda de vuestro valor y espera que imitaréis a la "25 de Mayo" que será echada a pique antes que rendida.
Camaradas: confianza en la victoria, disciplina y tres vivas a la Patria!"

Momentos después la nave capitana de Brown dio aquella consigna inmortal:
"¡Fuego rasante, que el pueblo nos contempla!"
Poco antes de las dos de la tarde se empeñó la acción en toda la línea. Aumentó la angustiosa expectativa de la muchedumbre agolpada en la ribera con la presencia de otras naves que a toda vela acudían al lugar del combate. Era el bravo Rosales que llegaba en ayuda del Almirante con la goleta "Río de la Plata" y lo mismo hacia Nicolás Jorge con el bergantín "General Balcarce". Para facilitar la maniobra de estas dos naves Brown atacó con frágiles cañoneras a uno de los más poderosos buques brasileños, la fragata "Nictheroy"(Niterói) y al despejarse el humo del combate se vio que la fuerza enemiga se retiraba. Brown ese día recibió del pueblo de Buenos Aires las pruebas más exaltadas de admiración y gratitud ante esta victoria argentina llamada combate de Los Pozos.

El Almirante Brown fue sin duda un héroe para los argentinos, sobre todo por su lucha contra la corona británica, fue capaz de luchar a todo lo largo de la costa atlántica y merodear por el pacifico hasta desembarcar en California junto con el Capitán marino Hipólito Bouchard y dejar ondear la bandera Argentina por seis días luego de la liberación.



Guillermo Brown

Autor: Héctor Pedro Blomberg

¡Oh, capitán, mi capitán:
Levántate y escucha las campanas!

Whitman.

Sonad, campanas; tronad, cañones;
cantad el nombre del capitán
cuya leyenda saben los vientos:
¡Guillermo Brown!

Gloria al maestre de las goletas
que navegaban por el río-mar,
y oyó las voces que lo llamaban:
"Guillermo Brown".

Recordad cómo sobre las ondas,
en la fragata que fue inmortal,
venció la altiva flota de España
Guillermo Brown.

Decid, riberas, vientos, arenas,
cómo domaba la tempestad
desde los puentes de sus navíos,
Guillermo Brown.

Contad, estrellas del gran océano
que sus bajeles vieron pasar,
cómo triunfaba sobre la muerte
Guillermo Brown.

Cantad el himno de sus combates
con la orgullosa flota imperial,
cuando la hundía con sus cañones
Guillermo Brown.

Narrad, oh sombras de los marinos
rudos y heroicos de aquella edad,
cómo era el alma de aquel famoso
Guillermo Brown.

Besad, oh brisas, los pabellones
que amortajaron al capitán
cuando la muerte llegó y le dijo:
"Guillermo Brown".

Meced, espumas, la errante sombra
de la fragata que fue inmortal,
mientras al alba sueña en el puente
Guillermo Brown.

Sonad, campanas, bronces eternos
que sus hazañas recordarán:
¡Duerme tu largo sueño de gloria,
Guillermo Brown


Al amparo de las penumbras en la taberna de O’Malley me retiro respetuosamente….
En un cartel sobre la puerta leo: (Saludo Irlandés)

“Que el camino venga a tu encuentro. Que el viento sople en tu espalda. Que el sol ilumine tu rostro. Y hasta que volvamos a vernos, que Dios te sostenga en la palma de su mano. “

Fuentes:
Wikipedia
Taringa.com
Instituto Nacional Browniano.
Mis primos Irlandeses

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