viernes, junio 27, 2008

El Colectivo,el gallito cantor y la dueña del Dragon.


En Paraguay la Transchaco sobre la curva del Botanico
es una pista de alta velocidad a las tres
de la tarde en un caluroso lunes....
el sudor se me escurre hacia el asfalto en gruesas
gotas...
la veloz mancha verde y
blanca encara la bajada del Club de Golf
rauda hacia la curva..
a duras penas logro descifrar el minusculo
numero identificatorio escrito a mano en
una esquina del parabrisas.....
luego de hacerle señas como un orate el carrindango
pega un frenazo a unos metros y me permite
subir... bah!.... en realidad el estribo
estaba a una altura inusitada y la baranda
era una baba herrumbrada llena de tetano,
asi que saltar al estribo fue una pirueta
al estilo de "Magic Johnson" el celebre
basquetbolista que parecia flotar en el
aire cuando encestaba.
Tratando de conservar el equilibrio,
(pues el taimado colectivero arranco como la ferrari de
Schumaker),
trato no meter el pie en un boquete del piso,
pegarme la cabeza contra el techo o caerme de culo a la calle...
en esa peripecia digna de los hermanos Wallenda,
(equilibristas de estirpe)
con la mano llena de monedas me arriesgo un poco
mas en el complicado arte de pagar el
viaje, sin que se me caigan las monedas,
o tocar la pringosa diestra del
energumeno al volante y forzando la
musculatura del estomago para tomar el
boleto sin quedarme enroscado en la baranda
cabeza abajo.
Fue optimista pensar que habia concluido
mi tramite para sentarme.
Entre los asientos y mi corpacho
habia un aparato de aspecto siniestro que
los locales llaman "molinete"
(funciona como contador meramente)
diseñado por la misma mano generosa que armo la
carroceria...
es decir que
para pasar, tuve
que aplastarme como una anchoa...
A esta altura ya estaba bastante
malhumorado, luego de casi destrozarme un
testiculo y perder el equilibrio con uno de
los barrotes del siniestro molinete..
(que ante mi asombro cedio en forma sorpresiva).
Me dirigi a sentarme abochornado y lleno de
verguenza solo para descubrir que el ultimo
asiento no fue mi mejor seleccion....
la conjuncion de la falta de amortiguadores,
el tablaje suelto del piso y la
escabrosidad del terreno, convertia a los
asientos en vibradores del infierno o
catapultas anatomicas, donde si no te pegas
la cabeza contra el techo, terminas con
todos los dientes flojos.
Opte por retornar a los primeros asientos...
(con la vista baja por supuesto)
mientras en la boca de un bolso cacareaba un gallito
multicolor....
co coro co!!
dijo ante mi perpleja mirada.....
El remate final del periplo acaecio
cuando una doña de unos respetables 75 años
intento encaramarse al estribo, asi que con
cierta resignacion apoyo una rodilla y
despues la otra en el primer escalon.
Cuando el Neanderthal que manejaba
arranco sin miramientos la ...
"unidad de transporte"...
quedamos todos sorprendidos...
porque la viejita se transformo instantaneamente
en un Dragon de fuego y Saliva....
lo que le dijo en Guarani
(ademas de escupirlo)
no necesita interprete...
la cuestion es que el brutazo peludo,
detuvo su marcha como manso corderillo....
con lo cual para mi fue carton lleno
y me tuve que bajar del colectivo
porque no podia parar de reirme a
carcajadas...
mientras todo el pasaje me miraba
(incluido el gallito del bolso)
con curiosidad....
Kurepa!!!
seguro tiene que ser..
Aña membuy!,
parecian decir.

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