miércoles, mayo 14, 2008

La Cueva de los ladrones

Un tiempo atrás, la DGI realizó un operativo en la calle Warnes de Buenos Aires y procedió a clausurar más de la mitad de los locales que comercializan repuestos de automóviles.
Luego de un mes y medio de seguimiento, los sabuesos de Impositiva descubrieron que la mayoría de las autopartes que se venden en esta folklórica calle es robada.
Para tan asombroso descubrimiento, que se parece bastante al de la pólvora (ver fórmula) desembarcaron en el lugar 149 inspectores con apoyo de personal policial, y según declaró uno de ellos "cuando llegamos observamos que los responsables de los comercios escapaban por las vías del ferrocarril, mientras que los empleados que quedaron afirmaron desconocer la procedencia de la mercadería". Lógico, los pobres muchachos no pueden memorizar los peliagudos nombres de todos los repuestos y autopartes y además saber de dónde vienen.
Es interesante y auspicioso que la DGI haya tomado la sabia determinación de inspeccionar los comercios de la pintoresca calle Warnes, la mayoría de los cuales, como lo saben hasta los turistas procedentes de Islandia, son cuevas de ladrones de automóviles. Una actividad, dicho sea de paso, que requiere de una gran habilidad artesanal.
Siempre hay gente mal pensada que, sin razones valederas, supone que la prolongada vigencia de los desarmaderos de la calle Warnes tiene vinculación con algún tipo de connivencia o protección de origen policial, municipal, impositivo o judicial, o una mezcla de todas ellas. Pero mal pensados, como ladrones, hay en todas partes. No todo el mundo tiene la obligación de estar enterado que desde hace lustros (cada lustro equivale a 5 años) en Warnes se roban autos por encargo, siguiendo la antigua prédica de los maestros del management que aconsejan estar al servicio del cliente. En Warnes, y no en cualquier calle de morondanga, el cliente puede conseguir a precio de oferta ("¡llame ya!") autopartes y repuestos de todos los modelos y colores que precise. Pero ahora, con este descubrimiento revelador, tal vez los artesanos del automóvil deban buscar otra arteria porteña donde exponer su mercadería hurtada. Aunque sea por un par de lustros más, hasta que sean re-redescubiertos.

FORMULA DE LA POLVORA

Carbón 12,5 %


Azufre 12,5 %


Salitre o nitrato potásico 75 %

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