domingo, junio 03, 2012

La Casa Vacia



La madera crujió impertinente, quizás un cambio de temperatura o equilibrándose de una posición forzada...

El sonido llego hasta sus oídos, pero por alguna extraña circunstancia no pudo ver de donde venia... 

le resto importancia...

Incluso las conversaciones en voz baja de los habitantes del pueblo habían dejado de inquietarlo, su inactividad y abulia le invadían hasta el punto de tornarlo casi catatónico, pasaba largas jornadas frente a las ventanas de la galería, quieto inmóvil y fusionado con la bucólica imagen del caserón herencia de su familia...

Para el turista o paseante circunstancial, el caserón se dibujaba en forma propicia para el retrato, pero quedaban sorprendidos cuando después de un tiempo distinguían en las fotografiás, la figura de una persona sentada en la galería....

Se había convertido en una imagen antigua, tan antigua que el ojo apresurado de los ocasionales fotógrafos no la registraba. Era como como un desgarbado fantasma de otra época, reminiscencia desvaída de las planicies del volga en la Europa de posguerra...

Tornquist, el pueblo donde los “Die Grobeltern” (los abuelos) habían construido la casa, con el fruto de los cultivos agrícolas, se había nutrido de la emigración de los “Russlanddeutsche” o alemanes de Rusia, expulsados por la perdida de los privilegios que les concedía, la Zarina “Catalina la Grande”, al sur de Saratov..

La madera volvió a crujir con sonido seco y entrecortado...

Le extrañaba no poder ubicar de donde provenía ese crujido, pero no estaba dispuesto a averiguarlo.. requería algo de esfuerzo de su parte y se sentía muy cómodo sentado en la galería, a pesar de su planeada inmovilidad, creía estar obteniendo algunas ventajas de ese auto confinamiento...

Su oído se había agudizado al punto tal que le permitía escuchar las conversaciones del vecindario como murmullos....

Se sumergió en los ensueños del recuerdo de una mejor época, cuando noviaba con la chica Argentina de Bahía Blanca, los horrores de la guerra habían trasladado su juventud al combate como marino en el “Admiral Graf Spee”, al hundirse el acorazado nazi en aguas del Rio de la Plata, el gobierno Argentino les había concedido refugio en el Hotel Casino de Sierra de la Ventana.

El complejo perfilaba sus torres estilo normando al otro lado del cerro Naposta, un poco mas lejos de la estancia de “Funke”, ahora convertida en un hogar de ancianos y convalecientes de origen alemán, de la segunda guerra.

Tuvo la suerte de evitar la repatriacion nuevamente a Alemania, por su matrimonio con Clarita, la muchacha argentina de la que se había enamorado en Bahía Blanca y principalmente porque parte de su familia explotaba tierras en Tornquist....

Fueron años felices y aun cuando no tuvieron hijos, fue la mejor época de Alfred Stelzner y Clara O'Flaherty en la vieja casona de Tornquist...

Sentado en la galería, Alfred dejo escapar una amarga lagrima, pero se sintió incapaz de enjugarla...

Toda su felicidad yacía ahora, en un cofre negro varios metros bajo la madre tierra....

Irónicamente su amada esposa, contrajo la tuberculosis, enfermedad de la cual no pudo recuperarse hasta su lamentado deceso un frio invierno de 1965...

Se sentía confuso e indignado por esa trágica jugada del destino y cada vez que rememoraba esos inútiles capítulos, no podía resignarse y se empeñaba en languidecer, totalmente inmóvil, en el rincón que había compartido con su mujer....

Nuevamente sintió el crujido de la madera....

Esta vez tuvo la certeza de que provenía desde el interior de la casa...

Pero no sintió curiosidad...

Solo dejo que el viento de la sierra le acariciara el rostro....

La camioneta Renault doblo por la calle Santiago Amarante, el chófer se detuvo maravillado a un costado del camino cuando se le cruzo (muy despaciosamente) un pequeño avestruz.....

-Viste ese bicho?... le sacaste una foto??

se dio vuelta y vio a su regordeta esposa con la cámara digital, sacando foto tras foto.

-Le saque como 5 fotos, no te preocupes....

Un poco mas adelante y atrás de unas topadoras, vislumbraron una hermosa casa antigua que reflejaba en sus ventanas los últimos rayos del sol del atardecer.

- Esa es una hermosa casa alemana, querida, saquemosle algunas fotos antes de que se vaya la luz....

La mujer se paso la mano por su melena corta y rubia, se bajo del vehículo y comenzó a sacar fotos...

-Que hermosa casa querido, ¿no te gustaría una así para nosotros?....

- y parece que esta vacía, ¿tendrá dueño?...

El hombre subió los escalones y empujo la puerta de la casa que solo estaba entornada.....

La casa estaba vacía y sin muebles.....

las paredes estaban revestidas hasta media altura por fina madera lustrada, algunas antiguas pinturas todavía permanecían en la sala central, entre ellas se destacaba una que mostraba un acorazado alemán navegando en un mar tormentoso....

-Es el Graf Spee querida, probablemente alguno de sus marinos o sus descendientes es el propietario de la casa, mejor vamonos.....

Se apuraron a cruzar la sala haciendo crujir las tablas del piso a su paso, luego cerraron la puerta educadamente y con respeto.....

Llegaron a tiempo para la cena en la posada del Ciervo al pie del cerro de la ventana, mientras cenaban, comenzaron a revisar las fotos que habían tomado...

La vieja estación ferroviaria, el cerro de los Tres Picos, Saldungaray, el casino incendiado de Villa Ventana, las calles de Tornquist, el avestruz andariego y las fotos de la casa del marino...

-Pero?!... hay una persona sentada en la galería de la casa.... ¿ vos la viste, querido?....

-No.... estaba todo vacío... ademas, nos hubiese dicho algo...

Ampliaron la imagen hasta donde fue posible, en la instantánea digital se recortaba la figura de un hombre con un grueso capote azul.... como los que se usaban en la cubierta de un barco, para protegerse del helado viento del sur...

Cuentan los pobladores que...

muy de vez en cuando...

algún turista que se pasea por la ciudad de Tornquist, saca una foto de la casona....

Pero la figura del marino no siempre aparece....

Estiman que solo sucede cuando sopla viento desde el océano atlántico y atraviesa la sierra hasta llegar al pueblo...

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